jueves, 29 de mayo de 2014

Brindis. Luis Jiménez Martos


Por la tierra que se hace
humedad en mi garganta.
Por la ausente y presente
vida que ya he bebido
despacio si podía.
Por la nostalgia, no.
Ni por el tiempo aquel.

Lleno mi copa, la alzo
por el sino que acepto
y tomo en esta pálida
y densa majestad
del vino que naciera
donde yo.

Me atraviese
como un poco de río.
No hay que decir su nombre.
Vaya por cuanto amo
y traspasa mi boca.


viernes, 23 de mayo de 2014

El ojo y el espíritu



     El enigma consiste en que mi cuerpo es a la vez vidente y visible. Él, que mira todas las cosas, puede también mirarse y reconocer entonces, en lo que ve, el "otro lado" de su potencia vidente. El cuerpo se ve viendo, se toca tocando, es visible y sensible para sí mismo. Es un sí-mismo, no por transparencia como el pensamiento, que no piensa ninguna cosa más que asimilándola, constituyéndola, transformándola en pensamiento, sino un sí-mismo por confusión, narcisismo, inherencia del que ve en lo que ve él, del que toca en lo que él toca, del sentiente en lo sentido; un sí-mismo, por tanto, atrapado entre cosas, que tiene un rostro, un dorso, un pasado y un porvenir...  
   Esta primera paradoja no cesará de producir otras. Visible y móvil, mi cuerpo se cuenta entre las cosas, es una de ellas, está prendido en el tejido del mundo, y su cohesión es la de una cosa. Pero, puesto que ve y se mueve, tiene a las cosas en círculo en torno a sí, ellas son un anexo o una prolongación de él, están incrustadas en su carne, forman parte de su definición plena, y el mundo está hecho de la pasta misma del cuerpo. 
El ojo y el espíritu de Merleau-Ponty
Minima Trotta. págs 22-23

sábado, 17 de mayo de 2014

Ver con los dedos, interpretar con los ojos.




                 


      Me dijo: "Me confunde ver la partitura, a alguien girando la página, mis manos o el teclado",  y en tales circunstancias a veces cometía algún error, sobre todo, con la mano derecha. Tenía que cerrar los ojos e interpretar de manera no visual, utilizando sólo "la memoria de sus músculos" y su estupendo oído. [...]
       Le pedí que volviera a tocar. Lilian puso reparos, y cuando la hube convencido se dirigió al piano, aunque no acertó la dirección. Claude la corrigió amablemente. Una vez al piano, al principio se equivocó, se confundió con las notas, y pareció preocupada y confusa . "¿Dónde estoy?", gritó, y a mí se me encogió el corazón. Pero entonces encontró su lugar y comenzó a tocar de una manera muy hermosa, y las notas se elevaron, se fundieron y entrelazaron. Claude se quedó asombrado y conmovido. "Hacía dos o tres semanas que no tocaba", me susurró. Mientras tocaba, Lilian  mantenía la vista elevada, canturreando suavemente la melodía para sí. Tocó con consumada maestría, con toda la fuerza y el sentimiento que mostraba antes, a medida que la música de Haydn se transformaba en una turbulencia furiosa, en un altercado musical. A continuación, cuando el cuarteto se acercaba a sus acordes finales, Lilian dijo simplemente: "Todo está perdonado."
Oliver Sacks, Repentización en Los ojos de la mente.
Anagrama, pág 25 y pág 42

domingo, 4 de mayo de 2014

Shensi o imaginación o pensamiento espiritual.

        
      Alguien dijo: "El cuerpo está en el río o en el mar, pero el corazón permanece a la puerta de palacio". A esto se le llama pensamiento espiritual.
          En literatura el pensamiento espiritual va mucho más lejos. Tranquilo, en contemplación, el pensamiento siente mil años; sereno, con el menor movimiento del rostro, la vista alcanza diez mil li (*). Al entonar versos se produce un sonido de perlas y jade, y ante los ojos se enroscan nubes y viento. Hasta ahí puede llegar el pensamiento espiritual.
         Así, el prodigio del pensamiento espiritual es hacer que el espíritu pueda comunicarse con el mundo exterior. El espíritu mora en el pecho y la voluntad y el aliento vital controlan su llave. Las cosas se perciben a través de los oídos y los ojos, y es el lenguaje el que gobierna su mecanismo de apertura. Cuando los goznes funcionan bien, nada permanece oculto; si la cerradura se bloquea, el espíritu se esconde en el corazón. [...] Así, aunque las ideas se forman en la imaginación y el lenguaje en las ideas, su relación  es a veces tan estrecha que no existe fisura, y otras tan distante como (si las separaran) mil li.

*Li : Medida de longitud equivalente a 576 metros.

Liu Xie. 
El corazón de la literatura y el cincelado de dragones.
 Editorial comares, Granada 1995. págs 195-196