Escultura de Agata Kawa |
Dentro del armario de la sala hay tres
ataúdes. Lo primero que piensa Immy es que un cuarto ya no cabe. Lo
segundo es que solían pasar horas jugando con Oliver y Alan, y
ahora ya no los sacan casi nunca. Son de Ainslie y no es como jugar
a las muñecas. Más bien es como decirle a tu amiga que quieres
pasar el rato con las personas de mentira que guarda en un armario
del sótano. Que además sólo son amables contigo porque ella
quiere que lo sean. Si Immy tuviera una Novio, no lo tendría en un
armario del sótano.
Abre un ataúd: es Oliver. El segundo
es Menta. Es un nombre ridículo, no le extraña que haya estado
haciendo cosas raras.
- Hola, Menta. Soy Immy. Despierta.
Aguanta la respiración y se da la
vuelta buscándolo; pero, como era de esperar, no está. Es un chaval de mentira metido en un ataúd falso, ¿no?. Al menos eso es lo que piensa Ainslie. Lo que opina Immy es que no se debería apagar un novio sin más, solamente porque no es como tú querías.
Le mete los dedos entre el pelo, que es de una suavidad increíble. Es pelo de verdad, cosa que debería de resultarle rara, pero no. Si de verdad fuera novio de Ainslie, no podría hacer lo que está haciendo.
Encuentra el punto blandito que tiene detrás de la oreja y lo pulsa. Una vez para modo corpóreo y dos para el espectral. Pulsa de nuevo y lo despierta.
Cuando cierra la tapa del ataúd y se vuelve, encuentra al Novio Fantasma subido a la bicicleta estática. La mira como si ella estuviera realmente allí con él, como si la conociera y supiera algún secreto.
Kelly Link: A mí no me engañas.
Seix Barral, Traduc.: Maia Figueroa,
2015, página 243
Seix Barral, Traduc.: Maia Figueroa,
2015, página 243
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